El origen del portero automático en nuestro país

Aunque los porteros electrónicos en Valencia hoy en día formen parte de nuestras vidas, hay que reconocer que han cambiado mucho desde que aparecieron por primera vez. Muy lejos quedan los gritos de las madres llamando a sus hijos por la ventana para que suban a cenar y todo ello, gracias a la llegada de los porteros automáticos que lograron hacer todo más fácil.

La evolución de los porteros automáticos

Los antecedentes del conocido como “telefonillo” están en el año 1949, cuando apareció el primer radio intercomunicador. Inicialmente, salió al mercado únicamente para uso industrial y profesional. El primer portero, de la manera en que hoy lo conocemos, tenía un nombre propio, el fonoporta. Este apareció en España en 1963 y durante muchos años fue el único que se comercializó.

En la década de los años 70 se generalizó la utilización de los porteros automáticos, recibiendo ya otros nombres como citófonos, interfonos, porteros electrónicos o electroportero. Aparece en este tipo el modelo T-1 que más tarde se expondría en el museo Reina Sofía y del que se fabricaron, en su día, más de cuatro millones de unidades, un auténtico récord para esa época. No fue hasta 1980 cuando nació el primer videoportero en España para aumentar la seguridad al ofrecer la posibilidad de poder ver quién se encontraba al otro lado del aparato. En los 90, se mejoran los porteros automáticos al venderse con pantallas en color. Por último, y con la llegada del nuevo milenio y la era digital, aparecieron más adelantos como la videovigilancia rotativa o los frontales táctiles.